Psicoanalista

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"ARTE, IDEOLOGÍA Y CAPITALISMO"

Autores: S. Zizek, J. Alemán y C. Rendueles.

Presentación del libro en la Biblioteca del Campo Freudiano. Madrid, 28 de Mayo 2008. Invitados: I. Castro, G. Cano, C. Rendueles y J. Alemán. Coordina: A. Ramírez.

RESEÑA Y RESUMEN DE LAS INTERVENCIONES

Ana Ramírez: Es un texto rico en preguntas que debate en torno al capitalismo imperante y sus consecuencias en el arte, la ideología y en el propio sujeto. Lo Real es abordado desde diferentes lugares, constituyendo el eje principal del libro. Así Zizek se pregunta ¿cómo se representa lo Real histórico?, ¿se puede contar lo imposible?, ¿cómo plasmar el horror o la dimensión inhumana de ciertas experiencias que han marcado la historia reciente?. De otro lado Jorge Alemán plantea: ¿se puede transformar lo Real?, ¿qué significa ser de izquierda en la actualidad?, ¿por qué persiste la dominación?, ¿por qué el individuo es cada vez más autista y está referido sólo al goce del objeto técnico?. César Rendueles nos va a presentar la violencia y el fetichismo de la mercancía como ingredientes de la pesadilla ideológica de Occidente. Todo ello analizado desde el psicoanálisis lacaniano y la filosofía, mostrando que tanto el goce como la dominación o la violencia son cuestiones arraigadas que tienen su origen en la propia estructura del sujeto, más allá del capitalismo. Y sobre todo, espero que Jorge nos hable de la expresión: izquierda lacaniana, ya que son dos palabras que aparecen por primera vez juntas.

Ignacio Castro: Hasta que punto los libros nos hacen dudar del mundo en el que vivimos, quizás por eso leemos poco. Este libro toca, los suelos que nos sujetan y también los trastoca. Comparto con César y con Jorge una feliz visión apocalíptica de nuestra fluidez. Comparto con los autores una indignación moral por el rastro de cadáveres visibles que va arrojando en la cuneta esta maquinaria que hemos puesto en marcha. Está muy bien en los dos, la voluntad, más explícita en Jorge, de diagnosticar nuestro entorno aparentemente múltiple, aparentemente tan complejo y diverso como la vida misma, diagnosticarlo como un sistema histórico más y por lo tanto un sistema que tiene los días contados, contingente por ser histórico y ser sistemático.

También comparto con ellos la voluntad ética y política de diagnosticar nuestro orden social, que prolonga lo que era el capitalismo frente a la exterioridad de lo real que está en el centro de la experiencia del sujeto con las cosas. Esto es rotundo en el caso de Jorge. A pesar de la continua afirmación de que la alianza de la economía con la técnica promete clonarlo todo, a pesar de todo parece que no es fácil que se integre en el funcionamiento endogámico del sistema la singularidad de lo Real.

Comparto con los dos, César más atento a la configuración inmediata de la cultura de masas y Jorge más atento a la lógica de fondo de ésta cultura, la visión del capitalismo como algo monstruosamente espiritual (Rendueles) que lejos de apoyarse en un mecanismo primeramente económico, quizás se apoya primero en un mecanismo cultural. El beneficio anímico del actual capitalismo es justamente salvarnos de lo Real. En este sentido el centro de gravedad de nuestro sistema social se ha trasladado de lo que se llamaba ideología antes, a lo que se llamaría cultura, una cultura que funciona como recambio perpetuo, consiguiendo mantener el eje de la cultura occidental.

Hay una apuesta estratégica por la singularidad en lo que tiene de político, la frase de Jorge Alemán, la división política de toda existencia y por otra parte una apuesta práctica por aquellos estados quizás no muy singulares, bastante particulares, que aquí y allá... Apruebo esta apuesta de Jorge por la política representacional, por los que ofrezcan esquinas, bordes y lugares de resistencia. No creo que el hecho de que el sistema sea acéfalo, pueda llevar al lujo de no hacer distinciones entre Colombia-Venezuela, España-Francia...Creo que hoy en día la micropolítica de resistencia frente a lo que se nos ha caído encima, debía de ser múltiple y debía tener un polo en este registro impolítico que hasta anteayer nos estaba prohibido.

Germán García: Recomiendo las tres intervenciones de "Arte, ideología y capitalismo". Hay un hilo rojo que atraviesa la reflexión de Zizek en torno al estatuto de la ficción desde el legado platónico, la meditación que hace Jorge sobre ese híbrido conceptual llamado "izquierda Lacaniana" y esa indagación sobre la violencia en el capitalismo tardío de César.

Creo que indirectamente este hilo conductor es la defensa inmunitaria o el repliegue de nuestra sociedad ante el hecho de pensar la política, la paradoja del mundo post-político. Esta paradoja del mundo post-político se despliega en dos hechos: el primero es que nuestro mundo no percibe las decisiones sociales elementales como decisiones políticas sino solo como decisiones técnicas o administrativas. El segundo como reacción crítica frente a este mundo administrado si nos presentan conflictos genuinamente políticos como conflictos entre diferentes culturas o subculturas.

La nueva ideología post-moderna se extiende en el mundo actual como una especie de sofisticada defensa bio-política de un conjunto de valores vitales, la seguridad, la felicidad, la minimización de accidentes o riesgos y eliminando todo horizonte excesivo de riesgos se termina reproduciendo paradójicamente la misma situación de inseguridad. La violencia como una neurosis defensiva, en cierto modo.

Las tres contribuciones de este libro tienden a recuperar un escenario que ha sido reprimido en toda la filosofía contemporánea. Es el escenario de la dialéctica, de la conflictividad o de la dialéctica del amo y del esclavo. Por eso los tres libros abordan la cuestión de la soberanía, de la esclavitud, de la violencia, de cómo es posible una nueva actitud no esclava, porque ese problema sigue persiguiéndonos.

Mi pregunta es: ¿Debemos volver a este escenario conflictivo, reprimido que proviene de Hegel para dar cuenta de nuestro mundo? Creo que la decisión filosófica está hoy en día en recuperar ese escenario conflictivo que es el de Marx, Nietzsche y Freud o no hacerlo. Si no apostamos por este escenario conflictivo caeremos en la hermeneútica, en el pragmatismo, en el post-modernismo, pero estaremos desplazando el problema de lo que está en juego. Al hilo de esto destaco también la reflexión de Jorge Alemán del "duelo de la izquierda". Me da la impresión que estás utilizando el esquema de la diferenciación freudiana entre duelo y melancolía. Bajo este punto de vista, ¿debe la izquierda hacer el duelo? o ¿debe escapar de las tentaciones de melancolía que se ofrecen desde diferentes escenarios?. ¿Quisiera saber si solo Lacan es capaz de abrir un nuevo espacio para un duelo realmente potente para pensar la izquierda o si hay otros pensadores capaces de acercarse a éste problema?

Paso a la temática que aborda C. Rendueles en su artículo, concretamente al análisis del Club de la lucha. En el fondo es un film que puede compararse al enfrentamiento que describe Nietzche en "Así habla Zaratustra", entre el hombre que quiere perecer y el último hombre que solamente aspira a su pequeña felicidad, a los pequeños placeres de la vida, que no desprecia su necesidad, su factum biológico. Zizek, lo ha interpretado desde este ángulo. Según el planteamiento de Zizek, que no es un planteamiento en última instancia suyo sino procedente de Hegel, la defensa de la vida frente a sus obstáculos es una forma de muerte. Porque abordar la vida es abordar ya de entrada un obstáculo, una inconsciencia, un exceso, algo más allá de un cuerpo a salvaguardar. Una vida que no es más que vida, es así una vida muerta como la del protagonista de la película. Sólo cierta indiferencia hacia mi vida, es vida. Una vida convertida en valor absoluto, una vida inmune, no es vida. Esa búsqueda de intensidad física y violenta de lo Real capaz de romper la armadura de una existencia semivirtual, dominada por el confort y el simulacro, es lo que destacó Zizek del Club de la lucha y también César.

Mi pregunta es: ¿Hasta qué punto el precio de combatir el peligro del resentimiento vital escondido en la esquina bio-política y su obsesiva y tanática voluntad de nada, puede ser caer en una soberanía inmunitaria, esto es, la no política de un nihilismo activo, como el que representan los protagonistas del Club de la lucha?. ¿No es ésta estrategia un modo de combatir un narcisismo fetichista, el del último hombre, el consumista pegado a la vida por otro narcisismo?

Termino con una pregunta para Jorge. Está en juego lo Real, pero ¿cómo se accede a lo Real?. ¿Se accede a través de una autoviolentación del sujeto que a su vez rompe con el horizonte del Otro, con el horizonte de la política?

César Rendueles: Polanyi, es el científico social del que parto y de su teoría: el núcleo fundamental de la gran transformación de Polanyi es la idea de que en el capitalismo, en la sociedad moderna, la economía se habría extinguido de otro resto de estructura social. En las sociedades tradicionales la economía estaría integrada dentro de otra clase de estructuras sociales. No hay diferencia estricta entre intercambiar ganado o producir y casarse y tener hijos. Es decir, la economía está empotrada en todas las relaciones sociales.

Hay un fenómeno muy presente en la izquierda, esa necesidad constante de autointerpretarnos sólo para generar una ideología todavía más sólida, todavía más difícil de destruir. Estamos continuamente utilizando esas fuerzas seculizadoras, entendiendo por ello que utilizamos constantemente esa capacidad weberiana del capital para destruir mitos, para destruir texturas simbólicas, sólo para generar constantemente texturas simbólicas, más difíciles de destruir. No puedo soportar los anuncios ecológicos, los coches verdes, porque es peor, les ves venir, los mercados derivados sobre el carbono. Va a ser terrorífico. La moraleja política de esto, que es lo que no está en mi artículo, y que sí me apetece decir, es que yo creo que debemos sospechar mucho de las hermenéuticas de la sospecha. Creo que estamos de acuerdo, Ignacio y Germán. Todo eso que hemos sufrido en los 90, toda esa ideología buscando microastucias donde penetrar solamente para no enfrentarse al hecho político tal como plantea Jorge, a los hechos políticos tradicionales en todas sus limitaciones. A mí Zizek si me interesa pero esa es su gran debilidad, está reproduciendo de una forma un poco perversa ese vicio de los 90, una moda que era una astucia y una ética de la sospecha que no tiene nada que ver con Nietzche ni con la sospecha en sentido clásico.

Me ha gustado el artículo de Jorge, me parece osado y muy valiente al atreverse a plantearse y a pararse a pensar qué es izquierda hoy, eso merece la pena.

Jorge Alemán: Es un texto que violenta. La palabra izquierda y la palabra Lacaniana, ésta es una escuela Lacaniana y podemos admitir que en principio no van bien juntas, no es un sintagma que surja espontáneamente. No se puede establecer rápidamente una conexión entre los dos lugares. Así que el texto gira en relación a esta violencia de enunciación que pone a estas dos palabras juntas.

Hay detrás un problema que yo lo voy a buscar en términos lacanianos. Por un lado Lacán describió al capitalismo como un discurso, como una economía de goce que se caracteriza por generar un movimiento circular, que no ofrece ningún lugar de corte. Un movimiento circular donde no se puede establecer en dónde se podría introducir una tijera que corte la trama del capitalismo, sus capacidades de reconfiguración, de recomposición como decía César, sus capacidades de autopropulsarse hacen muy difícil establecer por ejemplo qué es una lucha anticapitalista, o en dónde se produciría el corte en el discurso capitalista.

Entonces así surgió una de las primeras tensiones que trato de abordar. Por un lado este carácter circular, pero por otro lado el propio Real lacaniano me impone que el capitalismo sea también, como dijo Ignacio, un sistema contingente, no una naturaleza trascendental, si no algo que forma parte de las contingencias históricas y que por lo tanto no es eterno. ¿Por qué no es eterno? No vale pensar, bueno va a ser eterno porque algún día va a destruir el planeta. Tiene que haber algo en ese discurso que permita concebir su salida. Desde luego esa salida ya no se puede nombrar como revolución, ese es uno de los problemas de mi texto. Yo siempre he tratado de acercar la idea de Heidegger, de ereignis, de acontecimiento a la idea de apertura, a un nuevo tipo de constelación en donde las jerarquías burguesas queden suspendidas.

Yo estoy de acuerdo con lo que dijo Lacan en la última etapa de su enseñanza de que entre la debilidad mental y la locura no hay más que elegir. Para Lacan la debilidad mental no era contradictoria con la inteligencia. La debilidad mental puede estar acompañada de una gran astucia. Puede consistir en que uno ya no sabe que hacer con. Mientras hay un saber de la técnica, del capital, de la mercancía, que cada vez comparece con su mayor efectividad, es lo propio de la existencia que viva en la debilidad mental. Es decir, vive en relación a lo Real, sin saber que hacer con lo real. No sabe qué hacer con lo real de su existencia, no sabe qué hacer con su contingencia, con su singularidad. Estamos en la debilidad mental quiere decir para Lacan que lo gravísimo de esta época es que aún no pensamos, pero no porque vayamos a pensar mañana. Debilidad mental quiere decir que hemos sido ya finalmente notificados de la impotencia del pensamiento para pensar lo Real. Y esto exige el concurso de otra cosa distinta al pensamiento.

No me interesa reestablecer la violencia como elemento de transformación del capitalismo. Es decir, el capitalismo ya está en la violencia, pero no me interesa la metodología violenta. Yo propongo en el texto una suerte de anudamiento entre los movimientos sociales, las prácticas institucionales e incluso el Estado. Con respecto a la debilidad mental tomo la voz y la mirada, porque en los últimos años me he dedicado a investigar por qué los dos objetos que incorporó Lacan, voz y mirada, a juicio de Lacan, son más importantes que los tres objetos freudianos porque van directamente a la constitución del sujeto. Y la voz que siempre se juega en términos de obediencia y sumisión y la mirada que para Lacan es el mundo omnivoyeur, es decir, Lacan asevera que nadie puede ser ateo hasta que no se estructure una experiencia que extirpe la potencia del ojo que nos mira desde el mundo. Para Lacan tanto la voz que nos introduce en la servidumbre voluntaria como la mirada que nos petrifica, porque la mayoría de nuestros actos están consagrados a esa mirada, son las verdaderas armas de la debilidad mental, es decir, son dos objetos que cierran al sujeto sobre su propio autismo.

Encontrar que la voz y la mirada pueden significar para el sujeto un campo de atravesamiento, vuelve más inteligible esta opción o debilidad mental o locura. Bueno, se que esto es bastante oscuro… (No corregido por los autores)


DEBATE:

Pregunta: Echo de menos algo sobre el arte, nadie ha hablado del arte, y es parte de lo que a mí me ha traído aquí.

Ignacio Castro: Creo que hay una apuesta por el arte como revelación primaria de la verdad, no como adorno de segundo orden que complementa el fin de semana en el cual el mercado de derivados funciona, si no como epifanía de la verdad, la verdad que siempre acaece en la crisis del saber.

Ana Ramírez: En el primer ensayo en el artículo de Zizek se toma lo comercial, lo kitsch y lo genuino del arte y ahí se mueve entre las dos opciones para ver dónde está lo profundo y dónde está lo superficial y qué es lo que se transmite en cada caso. No sé si alguien de la mesa quiere retomar esta cuestión.

Ignacio Castro: A pesar de todo ahí dice algo muy interesante y es que lo que se podía decir de la pornografía que es moralista porque promete un sexo sin implicación pues en cierto modo el kitsch es moralista porque construye una especie de profundidad imaginaria y frente a eso el arte auténtico es superficial porque pone toda la profundidad en una figuración de superficie.

Luis Seguí: A estado presente en todas las intervenciones la cuestión de la violencia…. En relación con el trabajo de Jorge puedes aclarar el contenido de la expresión movimiento emancipatorio porque últimamente se utiliza como sustituto de revolución, pero me parece un concepto bastante ambiguo. ¿Emancipatorio de qué? ¿De un amo? ¿Está sugiriendo que se puede suprimir definitivamente al amo, a cualquier amo, no sólo al amo capitalista? Un movimiento emancipatorio, que Jorge, muy inteligentemente, vincula entre lo universal y lo que hace excepción. Es también audaz y provocadora la referencia a una izquierda Lacaniana porque eso supondría que existe una derecha Lacaniana e incluso un centro lacaniano. ¿Se da por supuesto que los compañeros psicoanalistas son todos de izquierdas?.

Jorge Alemán: No puede ser una emancipación metafísica, es un legado que tiene que ver con un intento de que cierta energía emancipatoria no ha quedado, como dijo Germán reabsorbida nada más que por las técnicas de la evaluación y de la gestión, del sistema político actual, es decir, después tiene que ser necesariamente una emancipación fallida porque no va a curar al sujeto de su existencia fracturada, no puede producir una sociedad transparente para sí misma. Un amigo filósofo me dice: es bastante triste pensar que un ser humano tenga que vivir siempre en un sistema de dominación que no pueda más que volver una y otra vez.

Yo no creo por ahora que haya proyecto emancipatorio, pero sí asumir el duelo de la derrota de la izquierda en los años 70. Para mí hay dos niveles: la política y lo político. Lo político es la gestión de las cosas, como se manejan las alcaldías… la política es un trato con lo real del antagonismo. La política es del orden óntico, lo político está en lo ontológico mismo y creo que verdaderamente el ereignis, otra época del ser, yo creo que va a venir a través de la invención política. Ahora en un siglo se dedican a matar a pobres, a mujeres y a niños y que esto no se constituya en un antagonismo, muestra el lado ritual de violencia antropológica del capital, como decía César. Estos últimos años no hacemos más que asistir a masacres que no tienen ningún signo emancipatorio. Habría que ver de qué manera hay que tratar lo imposible.

Germán Cano: Los filósofos hasta ahora han interpretado la emancipación en términos de pureza, es hora de interpretar la emancipación en términos de sociedad. César ha hablado de la sociedad de la política. Un cierto Lacan ayuda a poner en cuestión un acercamiento demasiado puro, demasiado filosófico a la cuestión política. El problema está en que quizá debemos pensar la política en términos más asilvestrados incluso, más modestos, lejos de la maximización filosófica que ha presidido las últimas décadas.

Rosa López: Le quería preguntar a Jorge si podía explicar un poco más la frase de Lacan "la elección entre la debilidad mental y la locura" porque nos ha quedado claro el aspecto de la debilidad mental en el que estamos todos sumergidos sin saber hacer con lo real. ¿Izquierdas, derechas, debilidad mental y locura, que quiere decir ahí?

Jorge Alemán: Para Lacan, todos nos habíamos vuelto proletarios. En la debilidad mental todos lo somos porque el discurso capitalista ha producido un nuevo tipo de pobreza. La pobreza no es la no satisfacción de las necesidades.

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